lunes, 26 de enero de 2009

Juventud

Las discusiones sobre las problemáticas de la juventud, en los más de los casos, suelen girar alrededor del fomento a la anticoncepción, la entrega de condones y jeringas, la despenalización del aborto, la tenencia de alcaloides o la disminución de la edad de inimputabilidad. Al margen de consideraciones éticas sobre la castidad, la libertad o el raciocinio, sería interesante analizar por qué se ha llegado a la actual situación.
Deberán sin dudas debatirse los anteriores puntos, pues son parte de la realidad más próxima; sin embargo, se cae en la ingenuidad si se cree que todo se soluciona con ellos. Los problemas inmediatamente detrás de estas propuestas son meros síntomas, muy vinculados, de una enfermedad más grave. Si un menor decide caer en el consumo de alucinógenos porque la realidad le resulta inabordable y termina delinquiendo para obtener la substancia que le otorga un alivio pasajero, resulta evidente que legalizar o no la tenencia de narcóticos no solucionará la falta de sentido de su vida ni tampoco la disminución o no de la edad de inimputabilidad evitará que siga proliferando la delincuencia juvenil.
La solución requiere de muchos fondos y aún mayor paciencia. El único modo para llenar el vacío existencial de tantas creaturas es a través de la contención y la educación. Si las escuelas están mal equipadas y los docentes peor pagos, ¿Qué atractivo puede poseer para los alumnos la vía del estudio? Si no existen actividades extraprogramáticas tales como grupos de música, centros gimnásticos, cursos de idiomas o talleres artísticos, por sólo mencionar ejemplos, ¿A qué podrán dedicar sus horas libres, sino a la claustrofobia de la calle y a la agorafobia de la computadora?
Los beneficios no son sólo poéticos. También los hay prosaicos. Niños desnutridos (otro tema ripioso), sin educación y con poca actividad física terminan siendo trabajadores poco útiles para cualquier tipo de actividades una vez alcanzada la edad laboral. Y, por supuesto, el impacto en la economía resulta evidente.
No es fácil. Tampoco es rápido. Pero ni un plan macroeconómico, ni una modificación del Código Penal, ni una campaña de distribución pueden resultar más efectivos.
Recientemente el músico venezolano Gustavo Dudamel fue elegido como director de la Filarmónica de Los Ángeles (véanse enlaces al final de El País y la UNAM). Comenzó su trayectoria gracias al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles organizadas por el Estado venezolano. Ejemplo que está siendo imitado en Estados Unidos. Ejemplo que muchos otros pueblos deberían seguir.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Dudamania/Angeles/elpepuintlat/20081209elpepucul_1/Tes
http://www.jornada.unam.mx/2008/12/09/index.php?section=cultura&article=a04n1cul

miércoles, 14 de enero de 2009

Coalición de Civilizaciones


Ante el fallecimiento del famoso especialista en relaciones internacionales Samuel Huntington creo oportuno desplegar ciertas opiniones que me ha despertado su famoso libro Clash of Civilizations (su nombre completo es The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order), de 1996 (basado en artículo de 1993 en la revista Foreign Affairs disponible aquí y que cito a lo largo del texto), que puede traducirse como Colisión de Civilizaciones.


El autor sostiene que la historia occidental moderna ha vivido ciertas etapas. Desde la Paz de Westfalia (que terminó con la Guerra de los Treinta Años de 1618-1648) hasta la Revolución Francesa, afirma que las guerras eran suscitadas por las luchas entre príncipes. Desde la Revolución Francesa hasta la Primera Guerra Mundial, indica que los conflictos se vieron suscitados por los estados-naciones. Y, desde la Revolución Rusa hasta la caída del Muro de Berlín, propone que el hilo conductor ha sido el ideológico. Señala que estas conflagraciones han sido entre países occidentales y, en los tiempos más tardíos, con la participación activa de países no occidentales (In the politics of civilizations, the peoples and governments of non-Western civilizations no longer remain the objects of history as targets of Western colonialism but join the West as movers and shapers of history).

Su conclusión para los tiempos posteriores al derrumbe del bloque comunista (que significaría el fin de las "guerras civiles" occidentales) es que la pendencia estará suscitada por las diferentes civilizaciones. Nombra una lista poco clara de la que pueden deducirse, entre otras, la Occidental, la Islámica, la Japonesa, la China, la Eslavo-ortodoxa y la Latinoamericana, afirmando que el máximo grado de identificación cultural inferior al de especie es el de civilización (A civilization is thus the highest cultural grouping of people and the broadest level of cultural identity people have short of that which distinguishes humans from other species), proponiendo una suerte de "sistema linneano antropológico" cuyo "clado" inmediatamente inferior es el de subcivilización (Civilizations obviously blend and overlap, and may include subcivilizations).


Por empezar, es interesante señalar que la historia europea comenzó antes del Tratado de Westfalia y las luchas entre príncipes también. Por sólo revisarla desde la Edad Media, en ese entonces los príncipes en conflicto eran los distintos nobles que competían por la posesión de la tierra. Luego, tras una nueva lucha, fueron sometidos por los reyes y emperadores que toma como punto de partida en su artículo, sólo que ya desde el siglo XVI es evidente la confrontación entre los mismos, en ese entonces teniendo a España como líder europeo y a Portugal en la vanguardia naval como primeras potencias mundiales de la historia. ¿Será que, como tantos otros pensadores "oficiales", toma como punto de partida las consolidaciones de la talasocracia británica y del poderío francés dentro del Viejo Mundo?


Considero muy hábil su categorización posterior, y resulta una interesante división de la historia. Aclara pertinentemente que no se trató de luchas sólo por amor a los príncipes (For a century and a half after [...] the Peace of Westphalia, the conflicts of the Western world were largely among princes-emperors, absolute monarchs and constitutional monarchs attempting to expand their bureaucracies, their armies, their mercantilist economic strength and, most important, the territory they ruled).


Por otro lado, y pensando que en los últimos siglos no hubo una gran guerra estrictamente entre civilizaciones tal como las entiende él (habría que remontarse a las Cruzadas y la Reconquista, más de medio milenio atrás), y que todas fueron básicamente entre potencias occidentales, ¿Cuál es el sustento empírico de semejante conclusión?


Cabe acotar que las divisiones en sí resultan conflictivas. ¿Latinoamérica no es occidental, a pesar de que aventaja en más de un siglo de conexión con Europa a Estados Unidos y Canadá? ¿El Caribe Anglosajón constituye una civilización aparte , a pesar de que muchas veces se declaren latinoamericanos o que exista una identidad común antillana(Civilizations may involve a large number of people [...] or a very small number of people, such as the Anglophone Caribbean)? Aún más; entiende que la Europa Eslava Ortodoxa tampoco es parte de Occidente. Como si la influencia griega directa que recibieron los países de esta zona a través del Imperio Bizantino no fuera suficiente.


Me pregunto asimismo qué ocurre con Hungría, que no es eslavo aunque siempre es identificada con Europa Oriental, y aún más con los iraníes o paquistaníes, que no podrían asimilarse a una de las tres subramas de la civilización islámica que propone (Islam has its Arab, Turkic and Malay subdivisions). Ni hablar de Filipinas o Timor Oriental, que estarían en el medio de las civilizaciones Islámica Malaya, Occidental y Latinoamericana.


¿Dónde se sitúa Grecia? Al menos por cómo entiendo a Occidente, sus raíces primigenias se encuentran entre los capiteles de la Acrópolis y los jardines de la Academia. O tal vez sea que Huntington, pregonando la centralidad de las características culturales, haya basado sus definiciones en cuestiones raciales y económicas. O que haya sido un intelectual que, en lugar de favorecer una Coalición de Civilizaciones basada en la Paz, haya puesto sus servicios en pro de la Guerra y los más egoístas intereses.


2009, Año Nuevo

El año 2009 empieza turbulento como pocos en el escenario internacional, con la guerra entre Hamas e Israel y la crisis financial. En retrospectiva, me animo a decir que sólo el año 2002 tuvo un nacimiento más crítico.
Invito a que cada uno de nosotros, desde los ámbitos de nuestro influjo, pueda construir la paz en este mundo.