jueves, 24 de marzo de 2016

No es cualquier 24 de marzo

No es ninguna genialidad decir que este no es cualquier 24 de marzo. No me pareció correcto que el presidente de un país tan vinculado a los golpes de Estado en América Latina (mucho más en otros países, como en Guatemala o Chile que en el nuestro) visite Argentina en un día tan sensible. Podría haber visitado primero Argentina y luego Cuba y evitar una situación incómoda.


Vino en una fecha difícil y apenas habló de "autocrítica" y de que Estados Unidos "tardó en valorar los Derechos Humanos" en América Latina. No dijo lo que debió haber dicho, que es pedir perdón en nombre de su país, pero al menos fue menos tibio que hace 5 años en Chile, cuando apenas se comprometió a colaborar con las investigaciones. Si bien es cierto que fue un paso, fue mucho más corto de lo que esperaba la abrumadora mayoría de los argentinos y de lo que se necesita para construir un vínculo basado en la franqueza.


Más allá de las interpretaciones a que dé lugar la visita, espero que a futuro no quede en la nada. Porque no podemos seguir impasibles mientras dejan este mundo familiares de los desaparecidos sin conocer la Verdad y contar con la Justicia a las que puede acercarlos la desclasificación de archivos, no sólo de Estados Unidos sino de muchos otros países. Y, sobre todo, que el próximo presidente norteamericano sea más concreto y pida disculpas por tantas violaciones a los derechos humanos en el continente, porque esa actitud oscurece el rol positivo de numerosos diplomáticos y del presidente Carter durante el período más oscuro de nuestra historia y ya que, además, es imposible pedir una relación madura si se sigue afrentando la Memoria de nuestros pueblos.