Siempre insisto en el cambio de visión que se dio a lo largo de los últimos 10 años, y un tema central como la revisión de la historia reciente no fue la excepción.
Hasta 2006, la marcha del 24 de marzo, como bien se sabe, era unificada. Todos los organismos de vinculados a la preservación de la Memoria y la mayoría de los partidos políticos afines a estos reclamos marchaban de forma conjunta. Desde 2007, el clima de confrontación que se fue gestando impidió volver a unir a las distintas agrupaciones.
Un claro ejemplo de esto lo muestra la convocatoria de la Juventud Radical, donde se traen a colación temas de actualidad en una fecha destinada a reflexionar sobre las consecuencias del terrorismo de estado. Obviamente la defensa de los derechos humanos es más amplia que el concepto de Memoria, Verdad y Justicia, y todo partido opositor está en su derecho de buscar adeptos criticando las acciones del oficialismo, pero existen momentos para debatir sobre estos temas y otros en los que es necesario dejar de lado estas diatribas y aferrarse a consensos amplios.
El día de la Memoria debe ser un día de ecumenismo, donde todos los que coincidan con la necesidad de buscar incansablemente la Verdad sobre los hechos del período más oscuro de nuestra historia marchen en conjunto, reclamando Justicia por los aberrantes crímenes de la última dictadura para que quede bien en claro que la sociedad argentina, en abrumadora mayoría, se ha puesto de acuerdo en que Nunca Más va a permitir regímenes autoritarios. Si pasa a ser el día en el que cada partido intenta lucrar electoralmente cruzando a sus adversarios poco bien se hace a la construcción de una sociedad democrática.
lunes, 24 de marzo de 2014
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