El Mundial es, por tradición, materia de opinología. ¿Por qué me voy a quedar atrás, con tantos opinólogos dando vueltas?
Así como me mantuve prudente con
Bosnia-Herzegovina, sostengo la idea de que Irán es promesa de
goleada. En su momento baticiné un 6 a 0. Aunque sostengo mi
predicción, reconozco que ver a los iraníes empatar con Nigeria me
sorprendió. A pesar de haber participado sólo en 3 mundiales y de
contar con una liga con poco brillo, tienen un equipo con varias
figuras jugando en Europa y supo, al menos, armar un esquema
defensivo lo suficientemente eficaz como para resistir la artillería
nigeriana, de las mejores de África, con figuras como Emenike u
Odemwingie.
Si yo fuera el DT de Irán sin dudas
buscaría replegarme y buscar un empate o, al menos, una derrota
decorosa. Se vuelve imperioso anticiparse al rival y tener un planteo
táctico sólido para no sólo ganar, sino sobre todo golear y dar
más confianza al equipo de cara a las siguientes fases, donde un
error puede costar la eliminación.
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