
Termino inclinándome por esta nueva resolución, que incorpora en su segundo artículo la moderación que se debe a una medida tan trascendente. Me pregunto, tal como lo han hecho otros (por ejemplo, mi amigo Maurício Santoro) si aceptará Cuba, tras años de ostracismo, un nuevo panorama que incluye a unos Estados Unidos más abiertos que hasta propician, más allá de los paliativos, su reincorporación a la OEA. Esta resolución de 1962 trascendió toda rutina diplomática y dio origen a libros, investigaciones, películas, manuales de texto... se trata de una medida muy singular, con un gran contenido histórico y emotivo.
Confusión. Duda. Vacilación. Estas sensaciones me despierta. Pero, sobre todo, esperanzas en que América llegará a ver reunidos a todos sus hijos en armonía.
Imagen (original): http://banderacubana.com/images/cuban-flag-old.jpg
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