viernes, 7 de mayo de 2010

Día Nacional de la Minería

Hace 197 años la famosa Asamblea del año XIII signaba la Ley de Fomento Minero. A lo largo de casi dos siglos la actividad dio trabajo a millones de argentinos e inmigrantes, significó la creación de pueblos enteros y se consubstanció con la identidad de muchas provincias y localidades argentinas.
Es menester recuperar el legado minero si queremos progresar como Nación. No hablo de impulsar proyectos contaminantes que comprometan el medio ambiente, las actividades agrícolas y, sobre todo, la salud y la integridad de cientos de miles de argentinos. Los apologetas de estos planes se encuentran en las antípodas del minero genuino. Me refiero al espíritu minero: búsqueda, sacrificio, perseverancia, aventura, curiosidad, osadía, aprendizaje, solidaridad.
Necesitamos más mineros en la Provincia de Buenos Aires, donde dolorosamente 500.000 jóvenes ni estudian ni trabajan. Necesitamos más mineros en las reparticiones públicas, donde salvo excepciones abundan los salarios ridículos a la vez que faltan incentivos a la superación personal. Necesitamos más mineros en el sector privado, donde muchos prefieren la especulación a la constancia. Necesitamos más mineros en los tres poderes, habiendo tantos que prefieren robar el oro antes que compartirlo.
No puedo dejar de recordar a mi abuelo cuarto, Federico Benelishe, quien con una pobre educación formal logró ser, tras lecturas, fatiga, generosidad, publicaciones y, sobre todo, largos meses en medio de la Cordillera de los Andes, uno de los pioneros de la minería en nuestro país. Y hoy yo, como su humilde descendiente, no encuentro mejor manera de honrarlo que trabajando por construir una Argentina justa, libre, fraterna... una Argentina minera.

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