viernes, 16 de septiembre de 2011

Que los lápices SUBAN

Estoy convencido que el rescate de la Memoria debe significar no sólo rendir homenaje a quienes dejaron su vida por un país mejor, sino también un aliciente para continuar construyendo una Argentina nueva. Sin marginación. Sin censura. Y, por supuesto, con la educación como uno de sus ejes.



En ese sentido, la Noche de los Lápices no puede quedar solamente en un libro, una película o un acto escolar. Debe ser motivo para que se continúen las reivindicaciones y, al mismo tiempo, se actualicen a los tiempos que corren.

Hoy es mucho más fácil que hace 35 años determinar qué pasajero puede recibir un subsidio y quién no, lo que más técnicamente se llama focalizar una transferencia. La tarjeta SUBE (Sistema Único de Boleto Electrónico), tal como lo han comentado sus organizadores, permitiría a futuro proteger a personas de bajos ingresos de eventuales cambios en los boletos como, por ejemplo, en el caso de los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo. Excelente idea, por cierto, y muy progresiva; es decir, ayudaría a reducir la distancia entre ricos y pobres.

Me pregunto, ¿Y si también se emplea para, al menos, proteger de los aumentos a los estudiantes universitarios, que hoy, en Buenos Aires, no cuentan con viáticos diferenciales? ¿Y si se emplea para reducir o, incluso, eliminar el pago de estudiantes terciarios, medios y primarios?

Los mártires de La Plata ya han subido a lo más alto de la cultura argentina. Que los lápices, con la tarjeta SUBE, también SUBAN.

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