domingo, 12 de abril de 2009

Post nubila Phoebus


En este día de Pascua, cabe preguntarse qué es lo que se celebra detrás de ritos milenarios. Porque si la Pascua se entiende sólo como un tiempo en el que "se come pescado y se va a misa", la esencia de este festejo se desvanece.

Lo que los cristianos de todas las confesiones recuerdan es que Jesús, tras entregar su cuerpo y su sangre, murió en la cruz para resucitar al tercer día. Esto, tan trillado, significa nada menos que el Dios de los cristianos se hizo hombre, dejó todo por el género humano y pudo vencer a la muerte. Y me atrevo a decir que, independientemente de las creencias religiosas particulares, esta visión es un interesante aporte para la humanidad. De por sí, toda búsqueda de la verdad, si es sincera, enriquece al globo.

En épocas en las que los ricos reparten a lo sumo migajas entre los excluídos, se anuncia que el más grande legó su cuerpo y su sangre a los más pequeños. Cuando quienes pueden contribuir a la prosperidad común no se animan a arriesgarse ni la menor exposición, se recuerda que quien lo puede todo permite que le quiten su vida. Y, por último, en tiempos de agoreros y anuncios esjatológicos, se festeja que, luego de tanta oscuridad, apareció la luz.

Por si fuera poco, su etimología proviene del hebreo y significa "paso", remontando al paso por el Mar Rojo de los israelitas. Paso de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida. Sin dudas, pasos necesarios e inacabados en los días actuales.

Muy Felices Pascuas a todos y mis mejores saludos con la esperanza de que, como indica la sentencia latina, luego de tiempos de oscuridad y confusión pueda encontrarse, al cabo, el Sol.


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